¿Que tan seria puede ser la amenaza de guerra de un país pobre, como es Corea de Norte, a dos potencias económicas como son Corea del Sur y los Estados Unidos de Norte América?
Probablemente no haya de que preocuparse en el corte plazo, ya que las amenazas del gobierno de Pyongyang más que serias parecen ser el cuento de “Pedrito y el Lobo”. Lo preocupante vendrá cuando estas amenazas, tal como en el cuento, se vuelvan realidad.
Conforme crece el desarrollo, todos tenemos acceso a nuevas tecnologías y de esto no se escapan los países “chicos”. Bien se sabe que nuevas Republicas de la ex Unión Soviética tienen un desarrollo atómico heredado del ex régimen comunista, así como Irán y ahora último Corea de Norte. Lamentablemente no sólo ocupan esa tecnología para generar energía (que ya se la quisiera Chile); el mundo ya sabe del horror causado por fanáticos religiosos o idealistas extremos y mucho se ha lamentado al respecto.
Personalmente veo con preocupación el hecho que Estados Unidos haya perdido el “inventario” de aquella tecnología y tenga que refugiarse bajo su escudo anti misiles, arrinconando al mundo a una nueva guerra fría, con más de dos protagonistas, con nuevas aristas y una desconfianza entre los países más grande que la nuestra al transantiago.
El satélite de la discordia
Todo este el alboroto se inicio por el satélite de comunicaciones que pretende lanzar el régimen de Pyongyang y las maniobras militares conjuntas entre Corea del Sur y Estados Unidos en el mar de Japón, como anualmente se realizan. La casa blanca está inquita por la posibilidad de que Corea del Norte desarrolle un misil balístico que alcance territorio norteamericano y a su vez el régimen comunista ve con preocupación que su intento de poner un satélite en el espacio sea frustrado al ser interceptado en medio de los ejercicios conjuntos que finalizaron el viernes 20 recién pasado.
